No lo salves…
No lo salves de la tristeza, soledad,
no lo cures de la ternura que lo enferma.
Dale dolor, apriétalo en tus manos,
muérdele el corazón hasta que aprenda.
No lo consueles, déjalo tirado
sobre su lecho como un haz de yerba.
Jaime Sabines
abril 24, 2014 a 12:23 PM
cómo me gusta seguir paséandome por tu pequeño infierno, disfruto releyendo a viejos autores o descubriendo nuevas letras.
Gracias!
abril 28, 2014 a 10:19 AM
Muchas gracias ;/) yo tambioen disfruto de tu blog jejejej a seguir asi!